A la voz de Lope y con mochila cargada, Txux Bodegas y Jesús Panadero nos invitan a un recorrido por territorios que habitan quienes, solos sin quererlo, resisten y se resisten. Por los territorios de su dolor, de su condena. Y no es mal hado el que dirige esa empresa, pues que la anima el deseo de al menos acompañar si no es posible hacer compañía.
Porque acaso se puede acompañar en la distancia, acaso no estorbar, acaso no añadir la impudicia de la lástima. Soledad con dignidad y digna. Soledad que constituye, que se apresta a ser dominada justo cuando de nos se adueña, que es donde se vive y donde se muere y lo es al tiempo.
Como es norma no escrita, el capítulo de Por caminos raros que nos ofrecen el poeta-voz y su alterego (el guionista-mudo y el suyo, será otra forma de decirlo) pone palabras y acción donde el silencio campa. Y quiere incitar a transitarlo sin duelo.