Como el del amor, con el que acaso emparenta, el de la amistad es territorio proceloso. Los caminos que lo recorren, por eso, discurren siempre por lo inesperado y lo mismo conducen a un alto que a una fosa oculta junto al sendero, al manantial más rico o al pozo más seco.
Es así que Txux Bodegas y Jesús Panadero se adentran esta vez, en este Por caminos raros, con el ánimo inquieto. Más por oficio que otra cosa, dicen ambos. Pero es que mimetizaron ya el paisaje, eso nos parece, y confunden el caminar con la vereda. Se quejan, ambos, de vicio. El camino llega a puerto. A buen puerto. Y no, no se estrellan contra muro alguno. Ninguno, al menos, cuyas coordenadas quieran marcar en plano. Si por él te adentras, prepara alforjas y agua, que puede, para bien y para mal, hacerse largo.
Al volver otoño, Txux Bodegas y Jesús Panadero vuelven a transitar por caminos raros. Y…
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