La nueva entrega de Por caminos raros nos procura en esta ocasión retoños de árboles talados, amaneceres ensortijados en vacías cuencas, ojos plurales que levantan la vista y venas abiertas que bañan paisajes donde leche y miel proliferan.
Caminos que de nuevo -como tantas veces- recorre un fantasma.
Y es que Jesús Panadero y Txux Bodegas nos están acostumbrando mal: mejorar en cada ocasión crea precedentes de consecuencias difícilmente previsibles.
El fantasma de la libertad viene a ser, en esta ocasión, el motor o el motivo de un viaje que proclama la ausencia de normas y de reglas, la compulsión a destrozarlas todas. Y compele: vaya que lo hace.